No das el perfil

10/20/2016


Hace unos días hablaba con mi madre y le preguntaba cómo era antes eso de tener siempre trabajo. Terminar con un empleo y al día siguiente tener uno nuevo. El pleno empleo tenía un papel dominante en la vida de las personas. Algo que ya no es así.

Llevo buscando trabajo activamente durante el último año. Trabajándome un portafolio profesional para poder enviarlo a las ofertas. Completando mi currículum una y otra vez en páginas y páginas de trabajo online. Enviando correos, informando a amigos y conocidos de que busco trabajo. Intentando reinventarme a mí misma una y otra y otra vez. Pero nada da el resultado esperado.


Al borde del éxito
Esta soy yo en los procesos de selección


Muchos me dirán que será porque no adapto bien mi currículo al perfil que buscan, porque hay mucha gente que busca trabajo y mucho bueno donde elegir, porque cometeré algún error en la entrevista de trabajo. Pero, ¿desde cuándo se ha vuelto el mundo así, que tienes que hacerte un traje a medida para cualquier cosa? Hace ya algún tiempo, desde luego.

Ahora tienes que "redefinirte" para cada oferta, es decir, mentir un poquito o un muchito porque si dices que haces de todo es como decir que no sabes hacer de nada. La polivalencia no vale, sólo el especialista. Tienes que medir todas y cada una de tus palabras en las entrevistas (si es que llegas), por si acaso dices algo inconveniente, fuera de tono, te enrollas más de lo normal o dices que eres madre joven con hijos.

Nos han educado para un mundo que ya no existe. La formación es insuficiente, los idiomas son comunes, la capacidad es vulgar. Nos enseñaron lo que ayer valía. Hoy es casi todo papel mojado.

Punto y aparte. Seguiremos buscando como el zahorí busca el agua. Golddigger por un puñado de dólares. Haciendo tayloring en nuestros currículums, midiendo nuestras apariciones, maquillando nuestras expectativas. Seguiremos luchando hasta que salgamos vencedores.

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1 comentarios

  1. Muchas cosas han cambiado en solo una generación, es verdad. Tanto que a veces me asombro yo misma de haber vivido en una época donde había un teléfono negro en el que se metía el dedo para marcar. Eso, por poner un ejemplo tonto...

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