Por eso, y porque a mí me gusta más una fiesta que a un tonto un lápiz, me lio desde hace unos años a hacer una calabaza para llevar el colegio de mi hijo. Triunfa siempre.

Lo primero que tienes que hacer es dibujar con el lápiz tu diseño de cara y también la estrella de parte de arriba. Hay que empezar a cortar por la estrella de la parte superior.

 

Es muy importante cortar por las guías que has marcado con el cuchillo inclinado. Si cortas en vertical, corres el riesgo de que la tapa se caiga hacia dentro de la calabaza al volver a ponerla. Una vez cortada la tapa, sólo hay que hacer palanca con la punta del cuchillo y sacarla.

Después hay que vaciar la calabaza. Depende cómo sea, puede costar más o menos. Lo ideal es meter la calabaza dentro de una bolsa grande e ir sacando las pipas y la pulpa con la cuchara. Habrá partes que no quieran soltarse, pero con meter la mano y estirar, sale todo. Hay herramientas especiales que al mismo tiempo que cortan, sirven para sacar el relleno, pero con una cuchara y un cuchillo se puede hacer perfectamente.

Hay que llevar cuidado a la hora de sacar el interior cortado de los ojos, la nariz y la boca. Si no está bien cortado hasta el fondo de la pulpa, se te puede ir el trozo de corteza detrás del cuchillo a la hora de sacarlo. La boca la puedes cortar en varias veces. Es más fácil sacar varios trozos que uno grande.

Con la gubia puedes hacer un bordecito decorativo que también brillará y da un efecto genial. Si tienes tiempo y ganas, puedes tallar un dibujo con la gubia por el otro lado y al encender la vela también se verá la luz a través de la pulpa. Es un efecto muy vistoso y fácil de hacer.

Para terminar, le pones a la calabaza una vela dentro (una partilight funciona muy bien) y a funcionar. Hay que llevar cuidado con la vela porque quema un poco la tapa. Aunque a mí particularmente me gusta, porque da un olor a calabaza asada que me encanta.